Cartas de ajuste

No pudo ser. Aunque hice todo lo posible para intentar recuperarlas he sido incapaz; a las manos que tenía subidas al blog me refiero. No me preguntéis sobre los pormenores porque no soy un experto en la materia ni mucho menos, pero por lo visto el desastre tiene que ver con una riña entre WordPress y el indeseable Flash, al que ya nadie quiere, y a mí me han pillado en medio.

El resultado de este minicolapso informático ha sido la pérdida de los replayers que con tanto amor había insertado en algunas entradas, sobre todo de la primera época de malviviendodelpoker. Auténticas piezas maestras del cine mudo pokeril, a la altura de los clásicos de Buster Keaton, han desaparecido de la noche a la mañana. Las bufonadas de Gobo el payaso con las que reían niños y mayores se han volatilizado, igual que se volatilizaba la pasta del protagonista de aquellas legendarias monadas cada vez que los fans le daban al play. Una fuente de risas que parecía inagotable se ha secado para siempre. Y bueno, como no soportaba ver los espacios en blanco finalmente he optado por rellenarlos con cartas de ajuste a modo de sepulturas de colores para honrar a los caídos.

Hasta aquí la carga trágica del post. Estaría muy feo por mi parte despedirme sin haceros saber que no está todo perdido. Y ello porque, como siempre digo, las cornadas que uno recibe en este oficio en realidad no necesitan de soportes analógicos ni digitales: se llevan grabadas a fuego y nunca se olvidan. El viejo Gobo seguirá contando sus batallas en el pueblo, dadlo por hecho, y la tradición oral las mantendrá vivas. Para escarnio de las abuelas de la ilustre villa.

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