Noches en Las Vegas

No es que no existan los días en Las Vegas, sí los hay, pero en algún momento tienes que dormir, y allí es mucho mejor hacerlo cuando el sol está arriba. Simplemente porque de esa manera te vas a perder menos de lo que se oferta en la mundialmente conocida Sin City. ¿Alguien podría esperar otra cosa de una ciudad cuyo aeropuerto te recibe con un ejército de tragaperras?

Incluso hasta actividades tan poco pecaminosas como el running se desperezan cuando empieza a oscurecer. El de Las Vegas ha sido mi séptimo maratón y el peor con diferencia en cuanto a resultado. Definitivamente esta vez se me atragantaron los cuarenta y dos kilómetros convertidos en millas, en veintiséis larguísimas millas, y poco puedo decir en mi defensa porque dudo que el desastre tenga algo que ver con haber trotado fuera del sistema métrico decimal. Como excusa barata solo se me ocurre confesar que las noches anteriores al deportivo evento se las entregué al poker. Un maratonista que además juega a las cartas y bebe cerveza es un auténtico todoterreno, un tahúr borrachuzo en el seno del pelotón, un extraño triatleta. Me atrevería a decir que yo era el único con ese perfil inscrito en la carrera, alguien que sirve un poco para todo o, diciendo lo mismo con otras palabras, alguien que sirve un poco para nada.

Correr el maratón de Las Vegas a paso de tortuga tiene sin embargo sus cosas buenas, permite por ejemplo contemplar sin prisas la ciudad en su mejor momento, es decir, al caer el sol. Y hasta se puede ir sacando fotos. Os voy a ahorrar las postales de las fuentes del Bellagio y de los canales del Venetian porque ya están muy trilladas, en cualquier caso vaya por delante mi reconocimiento a esos y otros monumentos al mal gusto que tanto abundan en Las Vegas Strip: tiene mucho mérito haber acumulado tantos en tan poco espacio.

Esa devoción por lo hortera en realidad no es exclusiva del archiconocido tramo de Las Vegas Boulevard, se siente en toda la ciudad, también más al norte, especialmente en el sector donde se concentran las wedding chapels. Pero qué queréis que os diga, horteras o no a mí me parecieron encantadoras. Casarse aquí vestido de Elvis tiene que ser lo máximo.

Las Vegas puede llegar a ser una ciudad muy peligrosa además de hortera, hay de hecho muchas horas y lugares equivocados en los que presentarse para recibir un balazo. Pero que nadie se alarme, no me voy a poner trágico, porque a esta ciudad se viene a disfrutar y no a morir. Y puestos a elegir sacramento es mucho mejor el del matrimonio que el de la extrema unción. ¿O no?

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