Cincuenta

Antes de que algún graciosillo se adelante os voy a poner yo en situación: la camiseta de la foto no me la regalaron por cumplir años sino por cumplir parkruns, cincuenta concretamente. Cuatro veranos hace que corrí el primero y por aquí sigo, sin perder las ganas. Ir a Ferry Meadows a trotar cada sábado por la mañana ha pasado a formar parte de mi rutina en Peterborough. Se ha convertido en irrenunciable, algo así como la misa de los domingos para las abuelas de los pueblos.

Completar el primero me costó más de veinticinco minutos y ahora soy capaz de recorrer esos mismos cinco kilómetros en algo menos de veintiuno. No es que sea ninguna maravilla pero digamos que está menos mal. Complicado va a ser bajar alguna vez de la barrera de los veinte minutos, objetivo que me marqué por lo bajini cuando empecé en esto. Pero sinceramente no es algo que me quite el sueño porque como alguna vez os he confesado si yo corro no es por batir marcas, lo hago porque la cerveza sabe mucho mejor después de haber sudado la camiseta. Eso me lo enseñó Lope de Vega, un hombre muy aficionado a pecar para arrepentirse más tarde. Aunque yo prefiero hacerlo al revés, me arrepiento primero y peco después.

Esta entrada fue publicada en Corre, Forrest, England y etiquetada , . Guarda el enlace permanente.

Deja un comentario

Este sitio utiliza Akismet para reducir el spam. Conoce cómo se procesan los datos de tus comentarios.