A veces ha tenido que ver con fallos técnicos y otras se podría achacar a problemillas físicos, aunque la principal causa del descentre crónico en el que vivo probablemente tenga relación con mis idas y venidas. Es decir, se trata de una tara mental. Estaba haciendo memoria y creo que ya ha pasado casi un año desde que dejé atrás la rutina. Así contado suena bien pero vivir instalado en el caos es antieconómico se mire por donde se mire. En el fondo el poker no es tan diferente a cualquier otro trabajo y también posee su liturgia. Dicen por ahí que tener un lugar de grindeo en condiciones, unos buenos horarios y hábitos de estudio adecuados son la clave del éxito. Ya decía yo que en algo debía de estar fallando.
Me parece que mayo de 2013 fue el último mes «normal». El veintitantos de junio hice la maleta y puse rumbo a España. Lo que iba a ser un minibreak entre Malta y Portugal se transformó en unas vacacionazas que se comieron el mes de julio. En agosto el disco duro de mi viejo portátil dijo basta y tuve que parar a la fuerza. En septiembre me tomé vacaciones aunque no recuerdo bien por qué, quizá fuera un ataque de morriña. Octubre y noviembre me los pasé disperso por razones que serían objeto de análisis en un blog de otra temática, y en diciembre… pues con las Navidades ya se sabe. Enero y febrero de este año tuvieron que aguantar la pérdida de tiempo asociada a la recogida de trastos en Oporto y de los primeros pasos en Stamford. Y marzo y abril han sido los del ojo mora’o.
A corto plazo no se divisa estabilidad pero después del verano a lo mejor ya me voy centrando.
… e mais trabalhar
malviviendodelpoker 
puff, me ha recordado el Emilio al tío paco, ¡que mal rollo!
¿has pensado en probar a ponerte corbata? en plan oficinista
Se tira un aire, sí, aunque con un toque de república bananera.
La corbata está descartada, en este oficio trabajamos en gayumbos, como los presentadores del telediario.