LATAM es una aerolínea como todas las demás si de precios hablamos, y al más puro estilo Ryanair se ha subido al carro de cobrar hasta por respirar. No puede decirse que en sus aviones se ahorre dinero, pero sí que la tripulación se esfuerza por hacer tu viaje lo más ameno posible. Por eso es mi favorita. Siempre recuerdo un Madrid-Santiago con todo el personal caracterizado a lo Halloween, muy apropiado para la última noche de un mes de octubre. Aquel fue el vuelo trasatlántico más corto de toda mi vida; las trece horas y media pasaron en un plis plas gracias a la performance de la plantilla de LATAM, una memorable actuación a la que tuvimos acceso incluso los del pueblo llano, ese que se apiña en las filas de la clase turista. Mención especial para el tipo que llevaba una diadema con la clásica flecha atravesándole la cabeza, todo un actorazo encerrado en un cuerpo de azafato.
Han sido muchos buenos momentos, y hace unos días consiguieron sorprenderme de nuevo, esta vez en un vuelo nacional en Ecuador. A mitad de travesía vi a la azafata venir directa hacia mí con la típica bolsa de papel, de esas que se usan para vomitar cuando te mareas, y lo primero que pensé fue que, paliducho como soy yo, debía de estar dando la impresión de ir a ponerlo todo perdido en cualquier momento. Pero no, la bolsita resultó estar llena de riquísimos arándanos con chocolate y otras chucherías, con dedicatoria incluida además:
Feliz cumpleaños te desea LATAM. La tripulación del vuelo LA1414 espera que hayas tenido un excelente día. Trabajamos para hacer que tus sueños lleguen a su destino.
Y firmado por todas. Que se acuerden del cumple de uno cuando está tan lejos de casa siempre es conmovedor, hasta podría haber dejado escapar una lagrimilla si no fuera porque soy de Valladolid.