James Morgan McGill -alias Slippin’ Jimmy, alias Saul Goodman, alias Gene Takavic- cumple 86 años de condena en la prisión federal de Montrose, Colorado. Y yo no puedo evitar acordarme de él cada vez que paso por algún Cinnabon, cosa que sucede mucho más a menudo de lo que a mi salud le convendría.
Estando en Santiago solía ir a un gimnasio libre de tentaciones alrededor. Nada de vicios por el camino, al contrario, antes de llegar hasta él recibía el influjo sanador y espiritual de una tienda de productos ecológicos y de un centro de yoga y meditación situados en la misma calle. Pero aquel gimnasio cerró y esta temporada he ido a parar a otro que está dentro del centro comercial más grande de la capital, un templo del capitalismo donde resulta imposible encontrar algo saludable y mucho menos la paz interior.
Una de las muchas provocaciones con las que me cruzo casi a diario es un Cinnabon igualito al que regentó Gene Takavic en Omaha, igualito en realidad a todos los demás porque son calcados unos a otros. Y todos me recuerdan a él. Algunas veces me resisto a su llamada, otras veces, como hoy, no.