Perder

Dicen que en el fútbol no hay enemigo pequeño, que son once contra once y que blablá, sin embargo no es lo mismo perder contra Marruecos que contra Brasil, creo yo, o por lo menos no debería serlo si de deportistas profesionales hablamos.

Yo era de los que pensaba que España ya no volvería al ridículo después de aquel cuatrienio glorioso que tuvo su cénit en Sudáfrica, con una Eurocopa delante y otra detrás. Ese ritmo no se podía mantener, obviamente, pero creía posible descender solo un par de peldaños para pasar la resaca de los éxitos en el rellano de la dignidad. Me equivoqué de plano: regresamos al ridículo escandaloso tan pronto como hubo ocasión y ya no supimos salir de él. Ahí seguimos instalados, sin visos de cambio además porque las palabras de los jugadores y de su entrenador después del último fracaso suenan a autocomplacencia; y la autocomplacencia es algo que sirve para sentirse mejor, no para dejar de hacer el ridículo.

Hoy en Buenos Aires me tocó cambiar de bar, dejé el habitual y busqué otro donde no me conocieran, porque si hay algo peor que una derrota es una derrota acompañada de pésames.

Anuncio publicitario
Esta entrada fue publicada en Matt "El viajero", Pienso, luego..., Porteño y etiquetada . Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Imagen de Twitter

Estás comentando usando tu cuenta de Twitter. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.