Te dicen al entrar en esto que hay que olvidarse de los auriculares: ¿qué es eso de escuchar música mientras se corre? Aquí se viene a sufrir en silencio. Y a partir de ahí que cada uno se las apañe como pueda en sus horas de esfuerzo; unas horas que, dicho sea de paso, no son iguales a las demás.
Porque resulta que no hay un solo reloj universal sino muchos. El espacio-tiempo se estira y se encoge como si fuera un chicle. Nada absoluto hay en él. De locos, ¿no? Pues los sabios del siglo pasado cayeron en la cuenta de ello. Yo, por más que lo he intentado, nunca he llegado a entender ni media palabra de los misterios relativistas, sin embargo sí os puedo hablar de los relojes de los que corren. Y es que por experiencia propia sé que el tiempo avanza más despacio cuando uno las está pasando putas, y eso es algo que siempre sucede cuando vas corriendo.
Para hacer la penitencia más llevadera a algunos les da por rezar -eso siempre es muy socorrido-. Yo en cambio me entretengo convirtiendo de cabeza los segundos y minutos sudados al sistema decimal, porque siempre he pensado que lo sexagesimal no tiene razón de ser entre animales con diez dedos.
No sé los estragos socioeconómicos que produciría el cambio a tan siquiera un sistema de 20 horas/día, 100 minutos y 100 segundos, pero yo también lo pienso desde hace una o dos décadas. Que con cualquier otro sistema horario «más decimal» el ser humano en general sería más organizado y más consciente de que proporciones de tiempo dedica y quiere dedicar a cualquier actividad desde las horas de sueño, proyectos paralelos, familia, deporte y hasta de la explotación laboral. Pensar en tiempo en general sería más rápido e intuitivo, sobre todo para la gente sencilla, aunque imagino que más de uno podría preferir que nunca sea así… aunque por el momento parece que pueden estar tranquilos esos canallas del tiempo jajaj. Esos hombres de gris de Momo, acabo de recordar.
Ves? De eso si me haría yo… negacionista de la hora XDDD
Jajakja, por lo que veo somos unos cuantos en el mismo frente. La revolución silenciosa de los hombres de diez dedos ha comenzado. Temblad relojes.