No sé si habrá otro sitio en el planeta Tierra con tantos gatos por kilómetro cuadrado como en Malta. No que yo sepa. Te los encuentras por todos los lados: subidos en las tapias, sentados en los tejados, durmiendo bajo los coches y, sobre todo, en algunos parques como el que hay al lado del Dixie’s. Precisamente esta tarde conté allí dos docenas en un plis. Una señora que les estaba dando la merienda me dijo que en total eran unos treinta pero que hoy no habían venido todos. Ella y una amiga tan chiflada como ella se turnaban para alimentarlos cada día. Eso me estuvo explicando la buena mujer. Is an expensive hobby, me confesó. I can imagine, le respondí; por no decirle que estaba como un cencerro y que los gatos lo que tenían que hacer era cazar ratones.
Los malteses tienen devoción por los gatos… ¡hasta existen ambulancias gatunas! La gente les deja comida y agua en un montón de sitios, así que, entre que tienen la manutención resuelta y que en la Isla los chinos no son bien recibidos, los cabrones viven como Dios.
El de la izquierda es el jefe de la banda del Dixie’s. Y el de la derecha es mi vecino; siempre duerme la mañanada encima del capó del 2CV que hay aparcado enfrente de casa. No necesito asomar la nariz a la calle para saber el tiempo que hace: si el minino está al sol, me pongo la chaqueta, si está a la sombra, salgo en mangas de camisa.
Alf aquí sería feliz
malviviendodelpoker 